"Un blog para mujeres, para madres y padres, y para quienes piensan que cuidar a nuestros hijos desde el momento mismo de la concepción implica cuidar a la sociedad toda. Un espacio para informarnos, apoyarnos, sostenernos, para reflexionar, para promover la maternidad conciente, la lactancia, la crianza piel a piel... un sitio para festejar la femeneidad"

martes, 27 de noviembre de 2012

Lactancia Materna, Parte III. Nutrición afectiva.


Autora: Paula Napolitano

Ser madre en la especie humana definitivamente excede el hecho biológico, y tiene un significado a nivel social, cultural, histórico y psicológico. Se sabe que la lactancia materna es el método de alimentación infantil recomendado hace varios años a nivel mundial. Sin embargo, en pleno siglo XXI, la lactancia es una opción más, y no una conducta natural asignada a las mujeres. Muchas son las razones que pueden pesar a la hora de elegir lactar a nuestros hijos; cada mujer sabe las propias y siempre es bueno tener libertad de acción y respeto por las diferentes posiciones. Pero también debemos saber que las mujeres que eligen amamantar a sus hijos son diferentes de aquellas que optan por suministrar leche de formula y que las características maternas asociadas al amamantamiento varían dependiendo de la cultura de la madre. Por otro lado, pese a que los beneficios nutricionales e inmunológicos han sido sólidamente fundamentados, los estudios sobre sus ventajas en el plano psicoafectivo son más difíciles de fundamentar.

Se sabe que un bebe recién nacido, en condiciones sanas, debe pasar inmediatamente al lado de su mamá. El contacto temprano ayuda al bebe a regular su respiración, su temperatura, lo calma de la ansiedad generada por el parto, y además favorece la lactancia. Se ha comprobado, que el recién nacido, apoyado en el pecho de su madre, realiza los movimientos necesarios para llegar al pezón y puede lamerlo o intentar succionarlo sin que nadie realice alguna maniobra para favorecer esta situación. Las primeras dos horas de vida del niño son fundamentales ya que el bebe tiene un estado de alerta máxima que no se volverá a repetir hasta muchos meses más tarde. Por eso es muy importante que en el lugar elegido para dar a luz respeten este momento de fusión madre-bebe, que favorece el vinculo temprano, le permite al bebe conocer el pecho materno y comenzar a relacionarse con el. No es un momento para alimentar al bebe, sino para vincularse con él a través de las emociones; las primeras horas, incluso los primeros días el bebe comienza a vincularse con el pecho de su madre, que en realidad es lo mismo que su madre completa. Madre, es igual a pecho.

En este sentido es fundamental que la mujer tenga plena conciencia de sus emociones, que muchas veces no son las esperadas y esto suele perturbar a la reciente madre y nublar la relación incipiente con su hijo.

Desde el psicoanálisis, la lactancia materna se relaciona con la fase oral del desarrollo psicosexual y afectivo del ser humano, que podríamos situar desde el nacimiento hasta los dos años aproximadamente. Esta fase se caracteriza por tener en la boca del bebe el núcleo de su relación con el mundo. El bebe conoce el mundo a través de su boca. Desde que el bebe puede hacerlo, intenta llevarse cada objeto que cae en su mano a su boca. En esta etapa se desarrollan los prototipos de carácter a partir de las cinco funciones principales de la boca: abrir, incorporar, morder, escupir y cerrar. Succionando el bebe incorpora no solo alimento, sino también emociones, introyecta la vida psicoafectiva de los seres que lo rodean. El poner a lactar al bebe en el pecho materno día a día, le brinda al recién nacido la certeza de su existencia. El acto de alimentar traspasa su fin biológico, a la vez que el cuerpo del bebe se nutre, la madre nutre al niño con su mirada amorosa, con su abrazo, con su ritmo cardiaco, con su calor y con su voz arrullante. En este acto la madre está sembrando en su hijo la primera huella de la autoestima, y está grabando en su sistema nervioso la sensación de bienestar emocional. El bebe siente placer al succionar el pecho de su madre, se llena de él y éste bienestar queda ligado a la sensación placentera de la boca. ¿Será coincidencia que más tarde el beso es la primera demostración de afecto y ternura? ¿Alguien podría pensar que esto también puede tener que ver con que de adultos los primeros juegos amorosos se inician con un beso?

Como dije anteriormente, esta etapa suele abarcar los dos primeros años del desarrollo humano, por eso es recomendable que la lactancia se perpetúe minimamente y dentro de las posibilidades hasta esa edad del niño. Durante el primer año de vida, si la madre puede sostener la lactancia a demanda, el bebe necesita lactar de manera intensa, y luego más tarde, a partir del año, un buen número de bebes suelen destetarse poco a poco. Si observamos con atención, la conducta del bebé a lo largo de su desarrollo intenta a partir de diferentes acciones permanecer cerca de su mama: succionar, aferrarse, llorar, mamar, mirar y sonreír a su mamá. Es lo que se conoce como conducta de apego. Es esencial que entre ambos se desarrolle este apego, y la lactancia favorece enormemente a que esto suceda.

¿Pero qué ocurre cuando la fase oral no se desarrolla en estas condiciones?

A veces puede ocurrir que la madre no está disponible la mayor parte del tiempo, por ejemplo por razones laborales, otras veces la lactancia no se establece desde el vamos, porque el bebe sufrió un parto prematuro y no supieron apoyar a la mamá para lactar, o porque la mamá necesitó medicación no compatible con la lactancia por circunstancias medicas previas o posteriores al embarazo, y otras tantas aunque el pecho está presente de manera constante la mamá no puede conectarse emocionalmente con su bebe. En este sentido la imposibilidad de introyectar el pecho materno deja una huella de angustia y de ansiedad en el niño. Desde el psicoanálisis pensamos que de esta manera, el bebe queda "FIJADO" a esta etapa, esperando de manera inconsciente que esta ansiedad afectiva se satisfaga, y que finalmente ceda la tensión. Aparecen más tarde algunos rituales que podríamos pensar como pedidos desplazados: el hábito de chuparse el dedo, comerse las uñas, la necesidad de comer de manera desaforada, y luego en la adolescencia, los trastornos alimenticios, el tabaquismo y la ingestión de bebidas alcohólicas o de drogas. Sería como si al no haber introyectado el amor materno en la primera etapa del desarrollo psicoafectivo, se tenga luego la necesidad de "anestesiar" ese dolor mediante acciones que inevitablemente dañan los vínculos actuales. Hablamos entonces de deprivación psicoafectiva. Es esencial que durante los primeros años de su vida el niño experimente una relación afectuosa continua e intima con su madre, en la que ambos se llenen de amor y de gozo. Este es el aspecto más importante de la lactancia materna, ya que no hay nada más tranquilizador y amoroso para el bebe que la tibieza del pecho de su madre y la seguridad de su abrazo. Los demás beneficios de la lactancia son muy importantes, pero facilmente reemplazables: las propiedades nutritivas se pueden sustituir en las leches de fórmula, los beneficios inmunológicos también pueden ser reemplazados por el calendario vacunatorio en gran medida. Pero la lactancia materna reúne esas y muchas más ventajas: la nutrición psicoafectiva que brinda la lactancia marcará el desarrollo físico, psíquico y emocional del pequeño de manera ampliamente satisfactoria y esto ninguna fórmula lo puede igualar. Siempre que se pueda es recomendable sostener la lactancia a libre demanda. Es un trabajo de toda la familia, no solo de la mamá que amamanta: es necesario que el sistema laboral se adecúe a las necesidades de las madres en periodo de lactancia y que toda la familia sostenga emocionalmente a esa mamá entregada a la lactancia. Nuestros hijos, agradecidos.
Imagen: Iashodá amamantando a Krishna.
Nota: El no establecimiento de la lactancia no necesariamente causa deprivación psicoafectiva; el vínculo de apego puede constituirse normalmente es una mamá que no lacta a sus hijos.
 

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