"Un blog para mujeres, para madres y padres, y para quienes piensan que cuidar a nuestros hijos desde el momento mismo de la concepción implica cuidar a la sociedad toda. Un espacio para informarnos, apoyarnos, sostenernos, para reflexionar, para promover la maternidad conciente, la lactancia, la crianza piel a piel... un sitio para festejar la femeneidad"

domingo, 17 de junio de 2012

OTRA CARA DE LA VIOLENCIA, la violencia obstetrica.

Autora: Paula Napolitano

"Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor" Genesis, 3:16
Hoy me siento a escribirles sobre un concepto relativamente nuevo, y no por ello menos conocido por nuestras madres y abuelas. Hace algunos años la legislacion argentina comenzó a preguntarse por una forma de violencia invisible socialmente hasta el momento, la violencia obstétrica, que sufren miles de mujeres en todo el mundo. Calificar de violencia el maltrato medico durante el embarazo y el parto es motivo de debate internacional desde que la ONU instó a los estados a legislar de manera especifica para eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres. De esta manera, en marzo del 2009, se sanciono la ley 26485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales. Es decir, puede tratarse tanto del ámbito publico como del privado, un punto muy importante a tener en cuenta. En julio del 2010 esta ley fue reglamentada con el decreto 1011/2010.
Según esta ley se entiende por violencia contra las mujeres "toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito publico como en el privado,basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.Quedan comprendidas las perpetradas por el estado o por sus agentes".
Entonces...¿ la atención al parto puede implicar una forma de violencia?
Claro que si, y esto no ocurre esporádica o silenciosamente. Cuantas veces hemos escuchado de boca de alguna amiga, familiar o colega, experiencias de parto con trato humillante o despectivo por parte del personal, situaciones en las que se infantiliza a la mujer embarazada y se la trata como si no supiera nada de lo que esta sucediendo en su cuerpo.   Sin ir mas lejos, el caso de la beba Luz Milagros, que conmovió a todo el país en los últimos meses, para mi es un claro ejemplo de violencia obstétrica (y mala praxis)
La violencia obstétrica podría resumirse en la apropiación del cuerpo de la mujer y del proceso del parto por los profesionales de la medicina, considerando patológicos todos los partos, convirtiendo a la mujer en paciente, realizando actos médicos sin dar explicaciones  de los motivos de los mismos, de manera rutinaria, al igual que con la implementación de la medicación. La mujer deja de poder tomar sus propias decisiones y se le aplican protocolos de medicación, no necesaria en muchos casos, que aceleran el parto provocando problemas en el proceso natural que podría suceder de forma normal si no se interviniera.
La relación desigual entre el personal de la salud y la mujer en situación de parto es la mayoría de la veces muy evidente. Aunque la madre sea una mujer formada y capacitada, en el momento del parto la mayoría de las mujeres solo esperamos que nuestro hijo llegue al mundo sin ningún problema de salud, y esta preocupación puede traer consecuencias que afecten nuestra integridad física (mediante cesáreas innecesarias, episiotomias de rutina y sin consentimiento) nuestra dignidad (cuando no respetan nuestro pudor, nos retan, o tratan con desprecio, nos atan, o nos usan como material de estudio sin nuestro permiso) nuestra libertad (cuando no respetan nuestras desiciones) o nuestra integridad psicológica (cuando no nos tratan como personas capaces de decidir sobre nuestro cuerpo)
Hace algunas décadas atrás Michel Odent, comenzó a replantear el actual sistema de atención al parto. Sutilezas como retrasar el corte del cordón umbilical o favorecer la inmediata proximidad entre madre e hijo, recomendar la posición vertical para parir, reducir la medicacion solo para cuando fuese necesaria, han mostrado beneficios no solo en la salud de la mujer y el recién nacido, sino también en la constitución del vinculo entre ambos. Separar a los bebes de sus madres sin necesidad es también una forma de violencia institucionalizada que pueden, madre e hijo, vivir de manera traumática.
¿Que dice la ley sobre la violencia obstetrica?
Es "aquella que ejerce el personal de la salud sobre el cuerpo y los procesos productivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la ley 25929".
La organización mundial de la salud recomienda varias practicas en la atención al parto.
  • Permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado.
  • Un miembro elegido por la parturienta debe tener libre acceso durante el parto y todo el periodo postnatal.
  • El equipo sanitario también debe brindar apoyo emocional.
  • Libertad de movimiento y posición durante el trabajo de parto y el parto.
  • No hacer episiotomía de rutina.
  • No hacer rasurado y enema de rutina.
  • No hacer monitoreo fetal electrónico de rutina.
  • Permitir toma de líquidos y alimentos durante el trabajo  de parto.
  • Restringir el uso de oxitocina, analgesia y anestesia.
  • Limitar la tasa de cesárea al 10 y 15%.
¿Que se entiende por violencia en el marco de la ley? La ley contempla como trato deshumanizado, "el trato cruel, deshonroso, descalificador, humillante o amenazante, ejercido por el personal de salud en el contexto de la atención del embarazo, parto y posparto, ya sea a la mujer o al recién nacido, así como en la atención de complicaciones de abortos naturales o provocados, sean punibles o no"(D:R: 1011, inciso e) Cabe aclarar que este tipo de violencia no solo puede ser impartida por los médicos, sino que la ley considera personal de salud, "a todo aquel que trabaja en un servicio, se trate de los profesionales o de quienes se ocupan del servicio hospitalario, administrativo o de maestranza", es decir, médicos, enfermeros, parteras, anestesistas, asistentes, hasta el personal de recepción del servicio hospitalario o quienes se encargan de la limpieza y mantenimiento del lugar.
Volvamos a recordar lo que es un verdadero parto respetado. Un parto respetado es aquel en el que se reconoce la capacidad que tiene la mujer para parir a su propio ritmo, en los tiempos que su cuerpo considere necesario, sin intervenciones orientadas a facilitar en muchos casos la labor de los profesionales, es aquel en el que se protege la intimidad de la mujer, se la hace sentir segura y se le reconoce la sabiduría de su cuerpo, que sabe como parir, aunque muchas veces su mente considere que no es capaz de hacerlo; por eso decidir como parir, en que postura hacerlo o bajo qué intervenciones es una decisión que la mujer debe tomar a conciencia, para evitar un parto que luego pueda ser considerado traumático. Y para esto, la clave sigue siendo estar bien informada. Las instituciones del ámbito de la salud publica, privada y de la seguridad social deben exponer graficamente, en forma visible y en lenguaje claro y accesible para todas las usuarias, los derechos consagrados en la ley que estamos haciendo mención. Y las mujeres que se atienden en las referidas instituciones tienen el derecho a negarse a la realización de las practicas propuestas por el personal de la salud de manera rutinaria, y esto no debe repercutir en el trato que reciba a posteriori esa madre que acaba de decidir algo diferente que lo aconsejado por el obstetra. Al contrario, la medicina y los importantes avances que se logran día a día en el ámbito de la misma, deben estar al servicio de la mujer embarazada, la idea no es volver a parir como nuestras abuelas, desdeñando la importancia de la ciencia, pero si devolverle a la misma el lugar que le corresponde, el de intervenir frente a situaciones patológicas. La cultura en la atención obstetrica esta muy arraigada, el cambio de paradigmas es complicado. Insisto, en que lo fundamental para que esto poco a poco pueda ser revertido, es la información. Informate, preguntale a tu partera todas tus dudas, lee, consultale a tu obstetra, hablá con otras madres, con tu propia madre, y con tu abuela, que ya parían en condiciones muchas veces adversas y pudieron igualmente hacerlo. Para que lo que la naturaleza quiso que fuese un proceso de goce físico y emocional, no se transforme en un acto mecánico, en el cual la mujer deja de ser la protagonista.
Y recordá siempre que cuando hablamos de  parto dolor no es igual a sufrimiento.

Por último, les dejo el test de violencia obstetrica, una herramienta que pueden consultar todas las mujeres para saber si vos también fuiste víctima de este tipo de  violencia.
 http://www.dandoaluz.org.ar/pdfs/TestdeViolenciaObstetrica.pdf

Mas información en la pagina del Consejo Nacional de la Mujer (autoridad de aplicación de la ley)
http://www.cnm.gov.ar/LegNacional/LegislacionNacional.html