“Si. Somos madres. Hablamos de cosas de madres. Y se nos llena la boca cuando hablamos de nuestros hijos. Olemos a madre. Ya no nos desvelan las mismas cosas de antes, pero unas líneas de fiebre pueden mantenernos despiertas toda la noche. Vivimos en constante emoción. Nos peinan las manos de nuestros niños cuando nos acarician. Y quisiéramos estar perfumadas con el aroma de nuestro hijo día y noche. Nuestro tiempo, ya no es solo nuestro. Y los proyectos, los anhelos, y los deseos van siempre de la mano de los de ellos. Y de vez en cuando nos preguntamos dónde quedo aquella mujer que tenía tan poca experiencia en el amor. La maternidad nos hace mejores. Diferentes. Y nos llena de poder.”
Lic. Paula Napolitano
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