"Recibir al recién nacido con tranquilidad y respeto, permitiéndole adaptarse a la vida exterior a su propio ritmo, apoyado en regazo materno, no separando el cordón umbilical hasta que deje de necesitarlo y evitando cualquier práctica invasiva que no sea absolutamente necesaria, respetando el contacto piel con piel que afianza el vinculo materno filial y sienta las bases de su relación para toda la vida"
Alicia Fontanillo